Según el Ministerio de Agricultura y Fabio Diazgranados, presidente de Fedeabejas, el crecimiento es de más de 480 millones de abejas nuevas cada año o 6.000 colmenas anuales.
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Con un crecimiento superior al 53% en tan solo 7 años (2012 – 2019) el número de colmenas en el país, según datos oficiales de la Cadena Productiva de las Abejas y la Apicultura (Cpaa), del Ministerio de Agricultura, pasó de 88.111 en 2012 a 135.117 en 2019; algo así como 6.000 colmenas anuales.
Según Fabio Diazgranados, presidente de la Federación Colombiana de Apicultores y Criadores de Abejas (Fedeabejas), “una colmena tiene alrededor de 80.000 abejas, así que estamos hablando de más de 480 millones de abejas nuevas cada año, que están ayudando al medio ambiente, pero también están fortaleciendo la productividad en los cultivos que pueden ser polinizados”.
De la mano del crecimiento en el número de colmenas también se evidencia un aumento en los volúmenes de producción. Por ejemplo, en 2017 en el país se tuvo una producción récord de miel con 3.600 toneladas de este producto.
De acuerdo al presidente de Fedeabejas, contrario a lo que se ha venido diciendo en torno a la desaparición de esta especie, en el país no se ha perdido ni el 30 y menos el 50 por ciento de las colmenas, como se ha querido mostrar. Además, precisa que en el país hay unos 3.500 apicultores, que generan alrededor de 7.000 empleos directos y unos 20.000 indirectos, así como también, 90% de la apicultura colombiana está representada por pequeños apicultores que en promedio no manejan más de 20 colmenas.
Según el directivo, las abejas requieren cuidado, no porque se estén extinguiendo, sino porque son un insecto de gran valor para los cultivos; y la mejor forma de protegerlas es brindándoles mayores y mejores condiciones, dice.
Al 2019, el departamento de Córdoba era líder en producción de miel, pero con nuevos proyectos en el bajo cauca antioqueño, Antioquia se ha venido consolidando en el sector, por lo que estos dos departamentos ya representan el 20% de la producción total de este producto en el país.
De igual forma, en los Llanos orientales se ha incrementado el desarrollo de proyectos apícolas, dada la oferta de la acasia mangium, un árbol que produce néctar extrafloral más de la mitad del año, apto para las abejas. Según Diazgranados, en el altiplano cundiboyacense se produce el mejor polen producto de la biodiversidad que permite obtener una materia prima rica en proteínas y vitaminas.
De acuerdo al portal Abejas en Agricultura, recientemente, se han amplificado varias noticias sobre pérdidas de colmenas, la más reciente aseguraba “80 millones de abejas muertas en el Quindío, solo en el último año”.
De acuerdo al portal, para poder concluir que esta cifra es cierta sería necesario suponer que, solo en el último año, 1.000 de las 1.500 colmenas de ese departamento, se habrían perdido. Es decir que, el 66% del total de colmenas del Quindío “se perdieron” y la producción tendría que verse afectada con una caída histórica en la producción de miel.
Sin embargo, este grupo señala que, llama la atención que la producción de 40 toneladas anuales de miel en el Quindío se ha mantenido, lo que se relaciona – según diferentes estudios sobre apicultura – con un sostenimiento o incremento en la población de abejas. Realidad muy distante a la planteada en diferentes medios de comunicación.
Por otro lado, Abejas en la Agricultura señala que la actual situación del sector agrícola en Europa, fortalece la idea, según la cual, el cuidado de las abejas, no puede representar una enemistad entre la agricultura y el medio ambiente.
Según Augusto Ramírez, profesor y agrónomo de la Universidad Nacional sede Bogotá, “Lo que está pasando en Colombia, es la repetición de una estrategia que vimos en el 2013 en la Unión Europea y que llevó al continente a una fuerte restricción en los insecticidas con un resultado devastador para la agricultura europea. En Colombia tenemos la obligación de hacer las cosas de una mejor manera, la cual es fomentando la coexistencia y el uso responsable como la mejor medida de responsabilidad con las abejas y con la agricultura”.
Según la FAO, el 75% de los cultivos para consumo humano dependen de las abejas; una cifra que, para Abejas en la Agricultura, muestra la necesidad de fortalecer, de manera responsable, la relación entre la agricultura y la apicultura.
Es por ello que el grupo menciona la importancia de tener en cuenta que las prohibiciones de productos en Europa, hace unos años, solo han mostrado un claro debilitamiento en la producción agrícola, sin representar un crecimiento diferenciado en la población de abejas.
Dicho lo anterior, es importante resaltar cómo en Europa la medida no fue lo suficientemente estudiada y obligó a que, solo 4 años después de su implementación, se generaran excepciones para evitar la quiebra de sectores tan afectados como el de la remolacha azucarera, que en los 4 años siguientes a la medida (2014 – 2018) llegó a una caída del 34% en la producción en Grecia.
Para evitar este tipo de situaciones, y entendiendo que, insistir en la coexistencia es la mejor fórmula para cuidar de las abejas, la Cámara Procultivos de la ANDI viene realizando los Talleres CuidAgro en los diferentes departamentos del país.
Estos talleres acercan a agricultores y apicultores para que, además de conocerse y saber si son vecinos, entiendan los beneficios mutuos que les puede traer la relación apicultura – agricultura al establecer protocolos que aseguren buenas prácticas.