Viernes, 19 Abril 2024
Unicef reveló en un estudio que estas condiciones además de afectar su sistema respiratorio, tiene implicaciones graves en el desarrollo cerebral.

bebé                                                                                         Foto: Unicef

La dependencia de la ONU para la infancia, Unicef, reveló un informe en el que señala que más de 17 millones de bebés menores de un año viven en zonas donde la contaminación atmosférica excede al menos en seis veces los límites internacionales, una situación que les expone a respirar aire contaminado y pone en peligro su desarrollo cerebral.

El documento conocido por Catorce6 se tituló Danger in the Air y  señala que respirar partículas de aire contaminado puede dañar el tejido cerebral y debilitar el desarrollo cognitivo, con consecuencias y retrocesos para el resto de su vida. 

"Los contaminantes no solo dañan los pulmones en desarrollo de los bebés, pueden dañar permanentemente sus cerebros en desarrollo y, por lo tanto, su futuro", explica el director ejecutivo de Unicef, Anthony Lake. 

Además los expertos de la organización señalan que las partículas ultrafinas de contaminación pueden entrar en el torrente sanguíneo, viajar al cerebro y dañar la barrera hematoencefálica, lo que puede causar neuroinflamación.

“El cerebro de un niño pequeño es especialmente vulnerable porque puede sufrir daños con una dosis menor de sustancias químicas tóxicas que el de un adulto. Los niños también son muy vulnerables a la contaminación del aire porque respiran más rápido y también porque sus defensas y su sistema inmunitario no están completamente desarrollados”.

Geográficamente, Asia Meridional es el principal afectado con el 75% de estos niños –12 millones-. En la región de Asia oriental y el Pacífico unos 4,3 millones de bebés viven en zonas que exceden en más de 5 veces el límite máximo de partículas establecido por la OMS.

Sobre Latinoamérica y el Caribe el informe señala que 6.1 millones de niños están en áreas que apenas sobrepasan los límites, pero no en proporciones tan extremas como en Asia.

En ese sentido, la principal recomendación de Unicef es procurar que los niños se desplacen durante los períodos del día en que la contaminación del aire es menor, proporcionar máscaras de filtración de aire apropiadamente ajustadas en casos extremos y establecer una planificación urbana inteligente para que las principales fuentes de contaminación no estén ubicadas cerca de escuelas, clínicas u hospitales.


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