Jueves, 18 Abril 2024
Dos nuevas variedades de fríjol con alto contenido de hierro y zinc, y una resistente a la sequía, fueron liberadas hoy, 9 de junio en la vereda El Llano, en Barichara, Santander.
 
Se trata de la entrega formal de BIO-101 y BIO-107, nombre dado a las primeras variedades de fríjol biofortificado, que podrán ser cultivadas con buenos resultados en los departamentos de Cauca, Huila, Tolima, Quindío, Santander y Valle del Cauca, como parte del programa de seguridad alimentaria y alimentación escolar en diferentes zonas de la geografía colombiana.
 
Tradicionalmente, las variedades de fríjol que se vienen cultivando en Colombia contienen en promedio 50 partes por millón (ppm) de hierro y 28 ppm de zinc, mientras que con la biofortificación, que es un método para aumentar el contenido de nutrientes en los cultivos, las nuevas variedades alcanzaron contenidos superiores al 60% en hierro (82 ppm) y al 50% en zinc (43 ppm).
 
BIO-101 y BIO-107 son el resultado del trabajo realizado en equipo, de 2013 a 2015, entre la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales (Fenalce), la Fundación para la Investigación y Desarrollo Agrícola (Fidar) y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), para producir mejores alimentos y combatir la deficiencia de micronutrientes (hierro y zinc) en el organismo humano.
 
Stephen Beebe, líder del Programa de Fríjol del CIAT, el propósito de la biortificación es mejorar cultivos de consumo diario de las comunidades de diferentes partes del mundo, para que, a través de un alimento conocido, puedan mejorar la salud sin costo adicional, con los canales de distribución y de compra acostumbrados. “La biofortificación es una de las herramientas para responder al problema de desnutrición mundial”, indicó Beebe.
 
El hecho de que la entrega se haga en Barichara, explicó Beebe, es que los agricultores tengan acceso a ella y esto se logra con una producción de semilla a gran escala. Por su parte, para Henry Vanegas Angarita, directivo de Fenalce, el fríjol entró a otro sector (al de la salud), convirtiéndose en una opción económica sólida para los campesinos de Santander.  Según Vanegas “este grano es vital en la seguridad alimentaria de los pueblos y además, es la proteína vegetal de mayor accesibilidad”.
 
Igualmente se hizo entrega de la variedad SAB-618 que presenta mayor resistencia a la sequía, lo cual la convierte en una variedad que responde positivamente a los desafíos del cambio climático.
 
 
 
NP bio101 hierro2 
El Instituto Colombiano escolar Agropecuario (ICA) aprobó la comercialización de estas nuevas variedades, que pueden formar parte de programas de seguridad alimentaria y alimentación. Foto Cortesía CIAT.
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