En las selvas del Guaviare, más exactamente en la vereda Capricho, unas 200 hectáreas resultaron deforestadas en los últimos meses presuntamente por orden del bloque séptimo de las Farc, cuyos miembros habrían presionado a los campesinos de la zona a que talaran árboles para dar paso a una trocha de 80 metros de lado y lado de la vía.
La denuncia fue puesta en conocimiento de miembros del Ministerio de Ambiente, a lo que Paulo Vieira, viceministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, reconoció que en la selva amazónica hay focos de deforestación ilegal, pero dijo que no sabe quién lo hace. “No lo tengo claro”, manifestó al respecto.
Vieira indicó que estos puntos de tala están identificados, mediante los monitoreos que realiza el Ideam, y que la información la han trasladado hasta los municipios para que investiguen “qué está pasando”. Sin embargo, reconoce que muchos procesos quedan en notificaciones.
Aseguró que próximamente será iniciada la construcción de una carretera que buscará conectar varios parques naturales entre sí, como el caso de La Macarena y Tinigua. Esta obra aún no ha arrancado y se encuentra en etapa de revisión.
El Ideam ha reportado que en los últimos años ha habido una alta reducción
de la flora en la zona por cuenta de la deforestación ilegal.