Aún se percibe el daño ambiental que dejó el ataque al oleoducto Trasandino en la Bahía de Tumaco.
Después de más de un año del ataque al oleoducto Trasandino, el Ministerio de Ambiente anunció que dispone de $5.000 millones de pesos para hacer un diagnóstico sobre el estado del ecosistema y definirá una estrategia de rehabilitación ecológica como limpieza, manejo de residuos peligrosos, seguimiento y control de los ecosistemas afectados por los derrames en el área de influencia del Oleoducto, lo que cuesta en total, unos $12.000 millones que aún no están asegurados.
Y es que la Bahía de Tumaco ha sido constantemente afectada por derrames petroleros desde la instalación del oleoducto Trasandino en 1969, por ejemplo, en 1976, se hundió allí el buque tanquero Saint Peter, con 33.000 toneladas de petróleo. La tragedia afectó un área de 1.300 kilómetros cuadrados, equivalente al 10% del Pacífico colombiano, según el Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas del Pacífico.
Así era el panorama días después del derrame de crudo a afluentes que llegan al río Mira, en Tumaco / Foto: Crédito Elpaís.com
En 1996 350 hectáreas fueron afectadas por un daño en el oleoducto Transecuatoriano del vecino país, a quién aún le piden que responda por los daños ambientales causados en el departamento de Nariño. En febrero del año 2000, ocurrió una de las catástrofes más notorias, debido a la indebida manipulación de una válvula en el oleoducto Transandino, lo que provocó un derrame de 3.500 barriles en el río Rosario, que desemboca en la bahía de Tumaco.
Juan Carlos Angulo, hace parte de una organización de pescadores que reclaman por las demoras del Gobierno, por la corrupción, el exceso de trámites que han hecho que, más de un año después, la gente de bajos recursos que vive de la Bahía, aún siga rebuscándose agua y alimentos.
“El crudo no se ha terminado de ir. Hay épocas de lluvia intensa, de gran marea, en las que los esteros se ven impregnados de crudo. La producción de alimentos, en lo que tiene que ver con los recursos pesqueros en los esteros y en la Bahía, ha disminuido. Eso hace que la gente tenga que dedicarse a rebuscar o simplemente tienen que cambiar la dieta porque no tiene cómo abastecerse de lo que tradicionalmente le ha servido para alimentarse”, expuso Juan Carlos.