Miércoles, 24 Abril 2024

Un estudio realizado por  investigadores de la unidad de Biología de la Universidad del Atlántico, reveló que en los últimos 30 años las ciénagas y lagunas de ese departamento han perdido más del 35 por ciento de los peces, por causas relacionadas a la contaminación, como el vertimiento de aguas residuales sin tratamiento.

Según la investigación, la situación se debe a que muchos de estos cuerpos de agua se han convertido en vertederos de aguas residuales, lo que ha incrementado la presencia de bacterias, parásitos y ha disminuido en forma considerable los niveles de oxígeno y nutrientes en el agua.

“Los altos contenidos de materia orgánica constituyen un estrés para los peces con riesgos de morir por anoxia (falta de oxígeno en células del organismo). Además se detectaron, en gran número, bacterias de tipo fecal como echericha, salmonela, vitrios, entre otros”, expresó Luís Gutiérrez, líder de la investigación.

Entre las especies más afectadas por la situación se encuentran: Bocachico, Mojarra  y Bagre, todas de alto valor comercial, cuyos ejemplares han prácticamente desaparecido de estas aguas, que ahora son habitadas por Liza y Chivo Espinoso, de poco consumo humano. De igual forma se encontró presencia de algas cianofitas, conocidas por secretar toxinas cuando se encuentran en ambientes de contaminación.

cienagas atlantico

Según pescadores, hace 5 años se podían sacar hasta 50 kilos de peces por días. En la actualidad, a duras penas, 10 kilos. / Foto: Uniatlántico

Reducción en tamaño y cantidad

Los más afectados por la situación son los pescadores que realizan sus labores en las ciénagas del departamento, quienes relatan que hace 5 años se podían sacar hasta 40 kilos de pescado por día, mientras que en la actualidad a duras penas se pueden sacar 10 kilos.

“Ya aquí no se puede pescar. A veces le toca uno alquilar botes e irse al mar para poder atrapar algo. Anteriormente nosotros dejábamos la atarraya durante dos o tres horas y la cantidad de pescado que se sacaba nos duraba para vender hasta tres días. Ahora es muy poquito lo que sale pero eso es porque los peces se han ido muriendo por la contaminación”, expresó Severiano Molineros, pescador de la zona.

Según Molineros, el otro problemas es que el tamaño de los peces se ha reducido de forma drástica en los últimos años, ya que los niveles de contaminación impiden el crecimiento óptimo de estos animales. “Anteriormente la mojarra que uno cogía en la lagua de Luruaco eran de 20 o 25 cm ahora algunas alcanzan los 10 cm y así es muy difícil venderlas”, agregó.

Las ciénagas más afectadas por la contaminación son: La Luisa, Larga, Manatí,  Paraíso, Tocagua, Luruaco, Mallorquín, Sabanagrande, Palmar de Varela, El Uvero y Santo Tomás.

 

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