Barcelona reduciría un 13% su carga de enfermedades al año si aplicara recomendaciones internacionales frente a la reducción del ruido del tráfico.
Estas fueron las conclusiones del Instituto de Salud de Barcelona (ISGlobal), que ha estimado la carga de enfermedades causadas por la contaminación auditiva en la ciudad. La investigación fue desarrollada a partir de la herramienta de análisis –Evaluación de Impactos en Salud de la Planificación Urbana y del Transporte (UTOPHIA, por sus siglas en inglés)–, desarrollada por un equipo del centro catalán. Metodología ya utilizada para estimar la carga de mortalidad en Barcelona; el cual concluyó que se podrían posponer casi 3.000 muertes prematuras en la ciudad con una mejor planificación urbana y del transporte.
“El ruido del tráfico es un problema de primer orden para la salud que causa molestias y alteraciones del sueño a muchas personas. Existen evidencias de que la exposición al ruido durante la noche es particularmente dañina porque afecta a los procesos de regeneración que se producen en el cuerpo durante la fase de sueño. Además, el ruido del tráfico se asocia con la hipertensión, enfermedades cardiovasculares e ictus”, afirma Natalie Mueller, investigadora de ISGlobal y autora del estudio.

Barcelona está expuesta a una media diaria de 65,1 decibelios (dB) durante el día y de 57,6 decibelios por la noche, superando los niveles recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que son de 55 dB y 40 dB, respectivamente. Estos datos corresponden al mapa del ruido de 2006 de la Generalitat de Catalunya, muy similares a las cifras oficiales disponibles más recientes, del año 2012.
Según la investigadora, “La carga de enfermedad de Barcelona se podría hacer descender de manera drástica aplicando dos medidas: la reducción del tráfico motorizado a través de la promoción del transporte activo, y el incremento de los espacios verdes. Eso daría lugar a mayores niveles de actividad física por parte de la ciudadanía y a menos contaminación atmosférica, ruido y calor”. La investigación, publicada en la revista Environment International.
Según la investigadora, “La carga de enfermedad de Barcelona se podría hacer descender de manera drástica aplicando dos medidas: la reducción del tráfico motorizado a través de la promoción del transporte activo, y el incremento de los espacios verdes. Eso daría lugar a mayores niveles de actividad física por parte de la ciudadanía y a menos contaminación atmosférica, ruido y calor”. La investigación, publicada en la revista Environment International.