Según una evaluación, estos aparatos incluyen más de 20 sustancias perjudiciales o potencialmente dañinas en cantidades significativamente superiores al humo de cigarrillo
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En los últimos años apareció un enemigo de la salud pública que promete hacerle competencia al tabaco: los vapeadores y dispositivos electrónicos. Aunque las cifras del cigarrillo tradicional siguen desbordadas, con más de 8 millones de muertes anuales en el mundo, estos nuevos aparatos han llamado la atención de autoridades e investigadores, a tal punto, que hay países que ya los prohibieron. Catorce6 presenta las dos caras.
La descripción que hace la OMS de estos aparatos demuestra el nivel de alerta que hay entre sus expertos, sobre los productos de tabaco calentado asegura: A través de un dispositivo, el consumidor inhala el aerosol por succión o aspiración. Estos aerosoles, que suelen ser aromatizados, contienen nicotina —una sustancia muy adictiva— y aditivos no contenidos en el tabaco.
“Aunque se presentan como productos que reducen los riesgos, no hay pruebas de que los PTC (productos de tabaco calentado) sean menos nocivos que los productos de tabaco convencionales. Contienen sustancias que no se encuentran en el humo de los cigarrillos y pueden afectar a la salud. De acuerdo con una evaluación independiente de los datos del sector, incluyen más de 20 sustancias perjudiciales o potencialmente dañinas en cantidades significativamente superiores al humo de los cigarrillos convencionales”, advierte la OMS.
Y sobre los vapeadores, se advierte que no son productos de tabaco porque no lo contienen, aunque contengan nicotina. A pesar de ello, “constituyen un grave problema de salud pública”. Se trata de dispositivos que, al calentar una solución, generan un aerosol que es inhalado por el usuario. Los principales ingredientes de estas soluciones, por volumen, son el propilenglicol, con o sin glicerina, y algunos aromatizantes.
Catorce6 consultó las dos caras de la moneda sobre este asunto. Por un lado, el doctor César Burgos, presidente de la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas, quien está totalmente de acuerdo con la advertencia de la OMS sobre los daños de esos dispositivos:
“Se ha querido vender la idea por parte de la industria de que esta es una manera viable para ir disminuyendo o para cesar el consumo del tabaco y la conclusión es que no es cierto. Las evidencias de eso no son contundentes y por el contrario sí hacen pensar que cuando las personas que no han consumido cigarrillos y consumen electrónico, terminan en una puerta de entrada al tabaco”, dice Burgos.
En contraste, Francisco Ordóñez, presidente del gremio de empresas de vaporizadores, Asovape, sostiene que “hay mucha evidencia de la comunidad científica a favor del uso de los vaporizadores y que es referente para los usuarios, eso tiene que ver con lo que dice Salud Pública en Inglaterra que ha realizado estudios y dice que son mucho menos nocivos que el tabaco. Es por esa razón que pedimos que el debate sobre los vaporizadores debe tener en cuenta las dos posturas”.
Pero lo que realmente tiene en pánico a los expertos, especialmente sobre los vapeadores (SEAN, Sistemas Electrónicos de Administración de nicotina), es que su variedad de sabores (chocolate, vainilla, banano, etc) y la falta de regulación en la venta, está generando un aumento acelerado del consumo entre jóvenes. Entonces, lo que se presentaba en un inicio como una alternativa para dejar el cigarrillo, se está convirtiendo en la puerta de entrada para caer en el hábito.
“No solo es la evidencia científica, también es la evidencia con los usuarios, miles de ellos han dejado el tabaco gracias a los vaporizadores y así han reducido el riesgo en su salud porque un estudio del Colegio Real de Médicos de Inglaterra, hay un 95% menos de riesgos con los vaporizadores, entonces estamos hablando de una política en la reducción del riesgo”, argumenta Ordóñez, defendiendo a su industria.
Es común ver menores vapenado
Y es que la venta de estos dispositivos ha crecido rápidamente desde su entrada en el mercado en 2012, y podrían alcanzar los 26.840 millones de dólares en ventas en 2023. También han aumentado mucho su publicidad, mercadotecnia y promoción por canales que dependen en gran medida de internet y las redes sociales.
El primer país en encender las alarmas fue Estados Unidos. En poco tiempo, los estudiantes de secundaria y preparatoria que consumían dispositivos electrónicos superaban los 3,6 millones. El uso de los dispositivos, solo de 2017 a 2018, aumentó 78 % entre los estudiantes de secundaria (11.7% a 20.8%). Lo más preocupante: según una encuesta oficial, el 81 % de los actuales usuarios jóvenes de cigarrillos electrónicos citó la disponibilidad de sabores atractivos como la razón principal para su uso.
De la mano de ese aumento en el consumo llegaron los diagnósticos adversos. Algunos médicos no dudan en decir que esta tendencia se convertirá en epidemia. Por lo menos 215 profesionales de la salud de ese país atienden casos de personas gravemente enfermas por cuenta del vapeo
“Incluso en los dispositivos que no tienen nicotina se ha encontrado que son aerosoles con sustancias aromatizantes y algunos metales como el níquel y la plata que no solo producen fenómenos irritativos, sino que además se han señalado como inductores que pueden producir procesos alérgicos a nivel pulmonar”, advierte el doctor Burgos.
Los Centros de Control de Enfermedades de EE.UU. han identificado el acetato de vitamina E como una sustancia química de preocupación entre las personas con cigarrillo electrónico o vapeo. Hasta el 13 de noviembre de 2019 se han reportado 2,172 casos de lesión pulmonar asociada al uso del producto en 49 estados e incluso, la página oficial de los CDC habla de 42 muertes por afectaciones relacionadas con los dispositivos.
A inicios de noviembre se conoció el caso de un joven de 17 años, deportista, que pasará a la historia por recibir el primer trasplante doble de pulmón porque sus órganos fueron dañados por el vapeo. El equipo del Hospital Henry Ford de Detroit informó que la cirugía duró aproximadamente seis horas el 15 de octubre. Aunque no revelaron su nombre, lo que se supo es que pasó un mes en una máquina de soporte vital después de sufrir "insuficiencia pulmonar completa" y se habría enfrentado a "muerte segura" sin la operación, según los médicos.
"Lo que vi en sus pulmones no fue nada que haya visto antes, y he estado haciendo trasplantes de pulmón durante 20 años", dijo Hassan Nemeh, director quirúrgico del hospital de trasplante de órganos torácicos, en una conferencia de prensa.
La FDA ha advertido que usuarios de vapeadores o cigarrillos electrónicos han informado de un inicio gradual de los síntomas de enfermedades pulmonares, que incluyen dificultad para respirar, falta de aliento y / o dolor en el pecho antes de la hospitalización. Algunos casos informaron enfermedades gastrointestinales leves a moderadas, incluidos vómitos y diarrea, u otros síntomas como fiebre o fatiga.
Pero lo más grave es que han descubierto que los vaporizadores están siendo usados como camuflaje para consumir productos psicoactivos: "en muchos casos, los pacientes informaron al personal de atención médica o al personal del departamento de salud sobre el uso reciente de productos de vaporización que contienen tetrahidrocannabinol (THC, un componente psicoactivo de la planta de marihuana)."
Al respecto, Ordóñez señala que “parte de la alerta en torno al uso de los vaporizadores en el mundo se debe a lo ocurrido en Estados Unidos por unas intoxicaciones que se dieron por el uso de unos cartuchos con THC, los cuales se consiguieron en el mercado ilegal".
"Estos casos de enfermedad pulmonar grave entre las personas que usan vape generan preguntas importantes sobre su seguridad. Tal vez no debería sorprendernos que se desarrollen problemas pulmonares en las personas que lo utilizan: nuestros pulmones estaban destinados a inhalar aire limpio y nada más. Tomó muchos años reconocer el daño que los cigarrillos pueden causar. Podríamos estar en un camino similar", advierte Robert Shmerling, profesor de Harvard Medical School.
El propio Donald Trump aseguró hace un par de meses que estaba evaluando la posibilidad de prohibir definitivamente los vapeadores. Una decisión difícil que le costaría votos y que necesitará más soporte científico, sin embargo, Michigan ya tomó la decisión en su autonomía estatal y países como India le cerraron también la puerta definitivamente.
“Las sociedades médicas en esta causa hemos encontrado evidencia que el consumo de cigarrillos electrónicos produce daños a nivel cardiovascular y respiratorio. Hay estudio de todo, pero por lo general la industria se abastece de información con investigaciones que ellos mismos pagan. Nosotros lo que hacemos es buscar estudios neutrales que no tengan ningún tipo de condicionamiento”, añade Burgos.
Según el Instituto Global para el Control del Tabaco, por lo menos en 21 países hay algún tipo de restricción en la venta de dispositivos con nicotina: Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Costa Rica, República Checa, Dinamarca, Estonia, Fiji, Finlandia, Francia, Hungría, Jamaica, Japón Malasia, Nueva Zelanda, Noruega, Filipinas, Portugal, Suiza y Suecia.
Médico que realizó primer trasplante de pulmón por vapeo/Crédito: La Voz de Galicia
¿Y en Colombia?
En Colombia, según el III Estudio Epidemiológico Andino sobre Consumo de Drogas en la población universitaria, se estimó que el 16% de los universitarios ha usado cigarrillos electrónicos alguna vez en la vida. Adicionalmente, la Encuesta Nacional de Tabaquismo en Jóvenes reportó una prevalencia del 15,4% de consumo de estos productos alguna vez en la vida (Ministerio de Salud y Protección Social, 2017).
Por eso, el Ministerio ha mostrado interés, recientemente, en el tema, y desde varios escenarios ha insistido en la necesidad de regular estos dispositivos. A diferencia de otros países, aquí es más difícil la prohibición con una simple firma de un ministro. Por eso, el jefe de la cartera, Juan Pablo Uribe, ha expresado su apoyo a los proyectos de ley que avanzan a buen ritmo en el Congreso y que restringen su venta.
Antes del cierre de esta edición, uno de los proyectos, de autoría de José David Name, ya había sido aprobado en segundo debate en la plenaria del Senado. El texto es muy corto porque básicamente lo que hace es que en la ley antitabaco incluye los vapeadores y cigarrillos electrónicos, de tal forma que las prohibiciones de los cigarrillos tradicionales se aplicarían también a los nuevos dispositivos.
Así las cosas, este proyecto prohíbe la venta directa o indirecta de productos de tabaco y sus derivados, en cualquiera de sus presentaciones, a niños y niñas. También, el uso de máquinas expendedoras o dispensadores mecánicos en lugares y puntos de venta en los cuales hay libre acceso de los menores de edad.
“Nosotros estamos totalmente de acuerdo con las propuestas que pretenden prohibir la venta a menores de edad y creemos que una regulación diferenciada a la del tabaco debe igual incluir la restricción para que los niños no usen los vaporizadores”, dice el gremio de la industria de los vapeadores.
Burgos asegura que el Ministerio considera adecuado que se refuerce la ley existente sobre tabaquismo, "nuestra visión es otra, debería haber una normativa nueva que incluya estos dispositivos electrónicos. Pensamos que se necesita un diálogo entre el Ministerio y las asociaciones científicas para encontrar un camino para atacar esa visión poco responsable de la industria que quiere darle confianza a la población, sobre todo a la población joven”.
En la regulación, también se prohibiría su consumo en espacios cerrados y los empaques o cajetillas tendrán que tener el mismo contenido de advertencia que los tradicionales.
“Los productos sucedáneos o imitadores del tabaco, los que tienen nicotina y los que no, así como los que calientan tabaco, tienen que ser regulados, y tiene que ser pronto. Aquí no cabe espacio para otras opciones como solo hacer pedagogía o depender de la autorregulación”, dijo en una audiencia en el Congreso el ministro Uribe.
El pasado 21 de octubre el Ministerio expidió la circular 32 de 2019 en la cual buscaba alertar a todas las autoridades regionales de salud y a las entidades prestadoras de servicio sobre los riesgos de consumir estos productos y su amenaza a la salud pública: "varios estudios han demostrado que los jóvenes que prueban los cigarrillos electrónicos tienen un riesgo tres veces mayor de fumar cigarrillos convencionales".
Tal vez el punto más importante de esta primera normatividad es el cuarto punto donde le exige a los profesionales de la salud que no recomienden el uso de estos productos como alternativa para dejar el consumo de tabaco o sus derivados y a los fumadores les recomienda que si quieren dejar el hábito es mejor usar tratamientos seguros que estén científicamente avalados y que tengan asesoría médica.