El Día Internacional de la Protección a la Naturaleza fue instaurado en 1972 después que el General Juan Domingo Perón enviara una carta al secretario general de la ONU advirtiendo sobre la delicada situación de diferentes ecosistemas. Bajo el precepto de que el ser humano no puede concebirse independiente al medio ambiente, y que amenazar los recursos ambientales es amenazar la supervivencia, cada 18 de octubre se busca generar conciencia sobre el uso que se le da a los servicios y bienes naturales.

 Es imprescindible proteger los ecosistemas que guardan valores de paisaje, fauna, vegetación, geomorfología y/o los que están amenazados, ya sea por el crecimiento de la urbanización, explotaciones turísticas e industria. Es fundamental que el desarrollo humano sea compatible con la protección de los ecosistemas que suministra una gran variedad de bienes y servicios.

Según un informe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el 60 por ciento de los ecosistemas en el mundo están dañados, y cada año desaparecen de la Tierra o están en peligro de extinción miles de especies.

“La mala administración de recursos naturales y basados en la naturaleza está socavando el desarrollo a una escala que hará parecer pequeña la crisis económica actual”, señaló Achim Steiner, Director Ejecutivo del PNUMA.

Algunos de los servicios ambientales que presta la naturaleza a nuestra vida son la recarga de mantos acuíferos (aguas subterráneas), arboles y plantas que capturan el bióxido de carbono del aire. Igual gracias a ella disfrutamos de hermosos paisajes y lugares para descanso, recreación y educación y zonas de bosques que disminuyen los efectos de fenómenos naturales como huracanes, ciclones o tormentas, además de ser hogar para animales, plantas, insectos y muchos organismos microscópicos importantes para el equilibrio dela vida.