Jueves, 25 Abril 2024

El dióxido de carbono será el culpable.

 

Si miramos las cifras, el avión es un medio de transporte mucho más seguro que los vehículos en los que nos movilizamos diariamente, sean de carácter público o particular. Sin embargo muchas personas temen inmensamente a volar, probablemente porque han escuchado o vivido las famosas turbulencias.

Las turbulencias, en términos sencillos, son movimientos bruscos que se presentan en los aviones causadas principalmente por cambios en la presión atmosférica, frentes de aire frío o caliente o por tormentas.

Según un estudio  publicado en Nature Climate Change, a medida que aumenten las emisiones de dióxido de carbono, las turbulencias en los vuelos transatlánticos serán más fuertes y frecuentes en el año 2050, debido al aumento en el calor del aire. Incluso, el informe ha señalado que hay pruebas de que algunas corrientes de aire han estado soplando con más fuerza, especialmente en el corredor del Atlántico Norte donde se movilizan alrededor de 600 vuelos diarios.

Lo preocupante de los resultados del estudio, es que esto no solo podría afectar la comodidad y tranquilidad de los pasajeros, sino que también podría influir negativamente en el ambiente y en los ingresos de las aerolíneas. Esto, debido a que los pilotos tendrían que buscar evadir los lugares donde se presenten las turbulencias, lo que al final significaría más tiempo de vuelo, mayor uso de combustible y encarecimiento de los tiquetes aéreos.

Las cifras exactas son difíciles de calcular, pero los costos de las futuras turbulencias en términos de lesiones, daños en los aviones y reclamos posteriores, podrían alcanzar los 150 millones de dólares al año en la región norte del Océano Atlántico.

Paul Williams, científico de la Universidad de Reading, explicó a BBC que en la investigación compararon el clima sin cambios ("pre-industrial") con uno que contenía el doble de dióxido de carbono, dejando como resultado que "La probabilidad de aumentos de turbulencias moderadas o mayores creció en un 10,8%".

Esto quiere decir que la tendencia de temor a los aviones va a seguir aumentando, sumado a que las características de vuelo serían poco cómodas para los pasajeros, porque según Williams “la señal del cinturón de seguridad se mantendrá prendida, será difícil caminar, las bebidas se darán vuelta y estarás presionado contra tu cinturón la mayor parte del recorrido".

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Editorial

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