La contaminación de sus hábitat y el crecimiento acelerado de la construcción de viviendas en las lagunas y zonas pantanosas de Río de Janeiro, se convierte en una inminente amenaza para los caimanes de hocico ancho.

Aunque el "jacaré de papo amarelo", Caiman latirostris, llamado así en Brasil, todavía puede encontrarse en lagunas y riachuelos al oeste de la capital, para el biólogo brasileño Ricardo Freitas Filho, que lidera una campaña de preservación de esta especie endémica de Suramérica,  tiene sus días contados.

Sus estudios demuestran que existe un peligro mayor al de la contaminación: la especie se está quedando sin hembras. Según reveló el mismo informe, el  80% de los caimanes que sobrevive en la región, son machos.

Así mismo, denunció, que no existe preocupación medioambiental alguna por parte del Gobierno brasileño.