Por estos días, 195 países fijan las estrategias para reducir mundialmente la emisión de gases de efecto invernadero y que los ecosistemas puedan adaptarse naturalmente al cambio climático, con el fin de asegurar la producción de alimentos y permitir el desarrollo económico de manera sostenible. La cita de este año tendrá especial importancia debido a que los países miembros están negociando el nuevo acuerdo de cambio climático, que reemplazaría al Protocolo de Kioto y entraría en vigor en 2020.

Colombia negocia formalmente desde 2012 como parte de la Alianza Independiente de Latinoamérica y el Caribe (Ailac), pero también irá a la COP 20 como parte individual para poner varias iniciativas sobre la mesa: la Estrategia Colombiana de Desarrollo Bajo en Carbono (ECDBC), que inició en 2012 y se ha convertido en un ejemplo internacional sobre cómo reducir o evitar emisiones de gases efecto invernadero; el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PNACC), que fortalece alianzas para evitar la deforestación y define formas de cooperación para el desarrollo y la transferencia de tecnologías; la Estrategia Nacional para la Reducción de la Deforestación y Degradación de los Bosques, y el programa Visión Amazonía, que busca llevar desarrollo sostenible a esta región a través de una economía verde que reduzca la deforestación, preserve la biodiversidad y contemple el territorio de las comunidades y culturas indígenas.

La COP 20 también es una prioridad para alcanzar distintas metas relacionadas con la pobreza, la seguridad alimentaria y la biodiversidad.

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