Jueves, 18 Abril 2024

De las 29 especies nuevas de aves que el país descubrió en los últimos 14 años, 23 fueron identificadas por su canto.

 

Resulta que para los especialistas en aves, los sonidos que estas emiten son una buena fuente de información, debido a que a través del canto las aves buscan su pareja y la reconocen. Al momento de clasificar un ave, el sonido cobra tanto peso como su morfología o incluso aspectos moleculares. Las evidencias sonoras son fundamentales para determinar linajes y delimitar especies.

La mayoría de las aves encontradas habitan los bosques montanos de los Andes colombianos y, a pesar de que estamos en el tope de riqueza de especies de aves del planeta, su número sigue incrementando.

Uno de los hallazgos más recientes fue una subespecie de montero común, que habita en la cordillera Oriental. Su nombre es Chlorospingus flavopectus olsoni, confundida anteriormente con la Chlorospingus flavopectus macarenae, con mínimas diferencias en el plumaje, la coloración del iris y el tamaño. 

Los análisis realizados por expertos del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional sugieren que la especie habita solamente en una estrecha franja de bosque de niebla, desde el sur de la Sierra Nevada del Cocuy hasta la depresión conocida como el Paso de las Cruces en el departamento del Huila, entre 2.000 y 2.600 metros sobre el nivel del mar, y se encuentra en parejas o pequeñas bandadas en arbustos altos. La nueva subespecie es comparada en cuanto a su tamaño con el tradicional copetón, típico de la sabana de Bogotá.

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Editorial

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