Viernes, 19 Abril 2024

La administración de uno de los edificios aledaños al parque El Virrey ya empezó un plan de estudio para que su jardín forme parte de este importante corredor ecológico de Bogotá, que cruza desde la carrera Séptima hasta la autopista Norte (1,7 km) y que cuenta con 1,74 hectáreas. Así lo aseguró Juan Caicedo, miembro de la Asociación Bogotana de Ornitología, en un recorrido ecológico convocado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, el pasado viernes 22 de mayo, el Día Internacional de la Diversidad Biológica.

Esto fue posible gracias al trabajo de Caicedo, quien ha estudiado por más de un año el estado ecosistémico del parque, pues uno de sus mayores retos es vincular a la comunidad vecina a cuidar, restaurar y preservar los recursos de este corredor lineal. Para ello, ha estado solicitando los cronogramas de cambio de jardines de los edificios, para así estar al tanto y asesorar sobre las especies que deben plantar. “Un jardín debe tener diversidad de flores, pasto, hierbas y procurar varios tamaños en la vegetación, con el fin de servir de alimento a la gran variedad de animales que habitan la zona y permitir la polinización”, asegura Caicedo.

“Algunos de los nuevos edificios están sembrando una sola especie y eso no aporta valor ecosistémico”, dice el ecólogo Juan Caicedo. / Foto: Andrés Henao Álvarez

Y es que el parque cuenta con 69 especies de aves —32 de ellas migratorias—, 20 de mariposas, 10 abejas nativas y 2 especies de murciélagos. Por eso, “sembrar jardines con una sola especie no aporta valor ecosistémico, como ha sucedido en algunos de los nuevos edificios que se han estado construyendo, en donde al parecer las constructoras no tienen en cuenta la relación con el entorno y confunden estética con homogeneidad”, comenta Juan Caicedo, quien agrega que las casas de los embajadores vecinos de El Virrey también podrían convertirse en importantes jardines ecológicos, pues el amplio espacio lo permite y la vigilancia es ideal.

En su intento de preservar los recursos naturales y contribuir a la conservación de la biodiversidad en la ciudad, Caicedo también ha evaluado otros aspectos de la mano de la Alcaldía de Chapinero, la Secretaría de Ambiente y organizaciones ambientales de la localidad, como el estado de la quebrada El Chicó que atraviesa El Virrey (un brazo del río Salitre que baja desde los Cerros Orientales), ha emprendido campañas de limpieza, siembra y educación mediante caminatas ecológicas y pasa gran parte de su tiempo observando a los colibríes y carboneros que se posan en los eucaliptos, nogales, hurapanes y sauces, cuya presencia es un buen indicador ecológico.

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Editorial

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