Sábado, 3 Mayo 2025

El tema del paisaje en los estudios de Impacto Ambiental surge a raíz de la degradación ambiental, exis­tente en todo el mundo, entendiéndose como la suma del deterioro ecológico y la problemática social. Esto lleva a reali­zar estudios de causas, efectos y conse­cuencias, tomando en cuenta al espacio como “producto social”.

Debido a la inminente destrucción de los recursos naturales, las autoridades nacionales y la población apenas aho­ra empiezan a preocuparse, pues creían que aún se contaba con la gran rique­za de recursos naturales y, por lo tan­to, no era importante su preservación. Actualmente se buscan alternativas para la protección de recursos degradados y de los que están por degradarse, y aun­que ello se establece en la normatividad vigente, se ha dificultado su implemen­tación por la complejidad de tratar y ejecutar.

Dentro de las diferentes conceptualiza­ciones de paisaje prevalece su construc­ción en la mente humana; es decir, no hay paisaje sin hombre que sea consi­derado como tal. Humboldt, por ejem­plo, lo define como “el carácter íntegro de un trecho de la Tierra”; Troll, como una entidad holística, en el sentido de ser más que la suma de unos compo­nentes interactuantes (clima, litología, suelo, vegetación, actividad humana), y Etter, como la “porción de la superficie terrestre con patrones de homogenei­dad y como una aproximación espacial descriptiva de carácter cualitativo, de los fenómenos naturales sumado al análisis funcional de carácter cuantitativo”.

Otros aportes afirmaron que el paisa­je es el resumen de procesos humanos y naturales, y es a partir de ahí que se debe planear el desarrollo de un proyec­to. Según esto, se observa que la acti­tud de nuestra cultura ante el paisaje es de dominio e imposición de sus condi­ciones. Por eso, se considera que en el planeta prácticamente son escasos los paisajes naturales, y que los existentes ya son clasificados como paisajes cultu­rales, en la medida en que el hombre ha hecho presencia en ellos.

Dentro de los componentes del paisaje se presentan elementos básicos y dife­rentes posiciones. En los primeros se encuentran condiciones biofísicas (ca­racterísticas fisiográficas presentes en un área) y condiciones humanas (carac­terísticas físicas sumadas a las actua­ciones humanas). En el primer caso, su estudio pretende una visión ecosistémi­ca, mientras que en el segundo hay una tendencia a la interpretación social de la naturaleza.

La ecología del paisaje estudia las rela­ciones entre elementos ecológicos pre­sentes en el paisaje, llegando a definir zonas o territorios con características si­milares (homogeneidad) llamadas “uni­dades de paisaje”. Hace especial énfasis en el paisaje natural y en las modifica­ciones inducidas por el hombre, consi­derándolo un mosaico de ecosistemas, por lo que debe incluirse en los estudios de impacto ambiental para ser tomado como un recurso natural con caracterís­ticas de no renovabilidad, luego debe ser conservado en cualquier caso.

La ecología del paisaje se considera el punto de enlace entre varias disciplinas, un enfoque de análisis integrado que comenzó a ser aplicado en 1958 en di­ferentes sistemas de aproximación de tierras, cuya base epistemológica gene­ral está dada por la Teoría General de Sistemas (TGS), que habla de la concep­ción sistémica y holística de la realidad, en particular del paisaje.

En todas las ciencias, sean sociales o exactas, un solo punto de vista de la realidad no es absoluto y por lo tanto no debe ser reservado, limitado o de uso exclusivo. Los estudios de impacto ambiental son para el servicio del país e implican una visión integral; deben resolver problemas concretos indepen­dientemente de la escala geográfica que se maneje y requieren de un tipo de información que corresponda a esa resolución, sin ignorar la existencia de una realidad que puede ser más o me­nos detallada.

En conclusión, el estudio del paisaje en las investigaciones de impacto am­biental es importante porque permite abordar de antemano problemas que podrían presentarse al momento de la construcción del proyecto. Por esto, se hace necesario incluir en ellos la protec­ción del paisaje como un recurso no re­novable. Hay que sumar la importancia las comunidades al momento de valo­rar el impacto que el cambio de paisaje puede generar. También es imperativo empezar a tomar conciencia de lo que es ambiente, producción y sostenibili­dad, entrando en un ámbito de educa­ción ambiental, que a veces se apropia sin entender su esencia o su significado, o no es del interés del individuo o de la población en general. 

0
0
0
s2smodern