Jueves, 25 Abril 2024

Por Cecilia Rodríguez González-Rubio

Las sorprendentes iniciativas de los últimos tiempos en China y Estados Unidos para revertir el crecimiento de sus emisiones de gases efecto invernadero son la fuente de una renovada esperanza en la Conferencia de las Partes del Protocolo de Kyoto, que se llevará a cabo en París a fines de 2015. Estos dos países dan cuenta de casi la mitad de las emisiones del planeta.

China, el mayor emisor, siempre utilizó argumentos de su derecho a un crecimiento económico significativo por sus condiciones de país en desarrollo, sin consideraciones frente al ambiente global ni la salud humana de sus propios ciudadanos. Hoy tiene una actitud distinta, tienen al frente al líder más popular de las últimas décadas y el más poderoso después de Deng Xiaoping y quizá de Mao, Xi Jinping, quien le dio al tema mayor prioridad.

En el caso de Estados Unidos, Barack Obama, al fracasar en el Senado, decidió utilizar a la Agencia de protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) para limitar las emisiones de las plantas de generación de electricidad con combustibles fósiles, lo que resultó en una señal positiva.

El propósito de la COP de París es acordar límites a las emisiones a 2020 y coordinar las acciones entre países ricos y pobres. En el fondo, el problema del desinterés por el cambio climático ha estado acompañado por otras mortificaciones globales de los líderes y ciudadanos, como las crisis económicas de Europa y Estados Unidos, los conflictos político-religiosos del mundo árabe y, últimamente, los intereses de Rusia más allá de sus fronteras.

Las marchas contra el cambio climático en varias ciudades el 21 de septiembre, principalmente en Nueva York, que pretendían enviar un mensaje a los más de 100 jefes de Estado reunidos en la Cumbre de Naciones Unidas del 23 del mismo mes, y los contenidos de esta cumbre fueron diseñadas como elementos para ambientar la formación de posiciones de los países hacia París 2015. Hay un ambiente optimista en general hacia el logro de acuerdos el año entrante. Ojalá esta vez, en esa bella ciudad, encuentre el planeta una luz para avanzar en su protección y, como se ha estudiado que podría ser posible, sin deteriorar el crecimiento económico.

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