Esta solución podría ser adoptada por enormes productores de plástico como China, principal fabricante mundial.
En la última reunión anual de la Sociedad de Toxicología y Química Ambiental de los Estados Unidos, un grupo de investigadores reveló que una mezcla de diferentes tipos de bacterias, resultó ser el potente secreto digestor de plástico que esconden las orugas en sus estómagos. Estudios revelaron que orugas que se mueven a través de residuos compuestos de polietileno desarrollan una flora bacteriana muy diversa que permite procesar el plástico y descomponerlo de manera natural.
El polietileno es un tipo de plástico que se usa alrededor del mundo para la producción de numerosos empaques de materiales y principalmente, para la producción de bolsas de plástico como las de supermercado. Lo peligroso acerca de este material, es que su periodo de descomposición natural ronda los 100 años, convirtiéndolo en un contaminante persistente en los rellenos sanitarios alrededor del mundo. Dadas estas alarmantes cifras, los investigadores involucrados en el estudio mencionado, evaluaron muestras de diferentes especies de orugas que aparentemente logran descomponer el plástico en moléculas más fáciles de digerir.
Foto tomada de www.bbc.com

El experimento consistió en alimentar a una muestra de orugas con una dieta de salvado y trigo, y a un segundo grupo sólo se les dio plástico como fuente de alimento. El resultado reveló que el primer grupo desarrolló una flora bacteriana principalmente compuesto por la bacteria Turicibacter, mientras que las orugas del segundo grupo revelaron altos niveles de presencia de varios tipos de bacterias como Tepidimonas, Pseudomonas, Rhizobiales y Methylobacteriaceae. De estas últimas, varias han sido empleadas en estudios que han demostrado que es posible degradar plásticos flotando en el océano.
La aplicación a gran escala de este descubrimiento aún se encuentra en desarrollo, pero el resultado permitirá que las bacterias ya identificadas en esta mezcla existente en el tracto digestivo de las orugas puedan digerir enormes cantidades de productos hechos de polietileno y de esta manera degradar estos materiales presentes en los rellenos sanitarios de grandes ciudades alrededor del mundo.