Datos oficiales demuestran que se han presentado concentraciones de mercurio de hasta 160 veces más de lo permitido. Expertos advierten graves riesgos.

Catorce6 conoció en exclusiva datos oficiales del acueducto metropolitano de Bucaramanga donde se mide la concentración de mercurio y arsénico en la quebrada La Baja que desemboca en el río Vetas y este a su vez en el río Suratá que es la principal fuente de abastecimiento de agua de Bucaramanga.

Los datos son alarmantes: la norma nacional establece que en este tipo de fuentes hídricas el máximo de concentración de mercurio debe ser de 2 microgramos por litro (ug/lt) y en temporadas como marzo del año pasado llegó en el la quebrada La Baja a 320 ug/lt, es decir, 160 veces más de lo permitido. En meses como junio llegó a 56 ug/lt.

Foto de referencia. / cortesía Caracol.com.co

En el caso del arsénico la situación no es muy diferente. Aunque la proporción es mucho menor que la del mercurio, durante varios meses superó el máximo permitido que es de 50 ug/lt, en marzo, junio y julio del año pasado se presentaron niveles de 65, 80.2 y 54.5 ug/lt en la quebrada, mientras que en el Río Vetas llegó a sobrepasar los 67ug/lt.

Jairo Puente, profesor de la maestría de Química Ambiental de Universidad Santo Tomás de Bucaramanga, aseguró en entrevista con Catorce6 que “tanto el arsénico como el mercurio provendrían de minería de la parte alta de la quebrada La Baja donde hay actividad artesanal y también de grandes proyectos mineros de multinacionales”.

La entrevista completa con Jairo Puentes. 

Puentes advirtió que es un fenómeno que se presenta en todo el país como lo ha conocido de investigaciones de la Universidad Nacional con la Universidad de Cartagena y del estudio nacional de agua.

El experto responsabilizó a la CDMB de no tomar medidas al respecto: “le corresponde a la Corporación Autónoma tomar los correctivos, porque el acueducto lo que hace es medir los contaminantes y tratar el agua para hacerla potable. Lo malo es que de la CDMB no se conocen medidas serias, sobre todo porque antes tenía un laboratorio donde hacían mediciones pero lo acabaron cuando construyeron el santísimo”.