Ideam dice que advirtió lluvias a través de correo, Minambiente y Corpoamazonía que ya habían prendido alarmas, alcalde y gobernadora que no se lo esperaban. Al final no se tomaron medidas.
Barrio San Fernando, Mocoa. / Foto: Twitter @lunadavid
Este lunes al medio día la cifra de muertos en Mocoa se acercaba a los 260, mientras los organismos de socorro buscaban incansablemente más sobrevivientes y diferentes entidades gubernamentales, desde sus competencias, buscaban ayudar a los damnificados.
Mientras eso ocurría, las autoridades comenzaban a evaluar qué falló en materia de mitigación que hubiera podido evitar la tragedia. En medio de esa tarea, todos daban una versión diferente y se contradecían en varios medios de comunicación, una muestra más de la descoordinación institucional en materia ambiental y de gestión del riesgo.
Las declaraciones parecían increíbles. Por un lado el director del Ideam, Omar Franco, se defendió diciendo que durante todo el viernes emitieron seis alertas sobre las lluvias y la posibilidad de deslizamiento en diferentes zonas de Putumayo, sin embargo el funcionario reconoció que las alertas son las mismas que por competencia emiten siempre y que las comunicaron a través de correo institucional a las autoridades locales.
El alcalde de Mocoa, José Antonio Castro, respondió tranquilamente en una entrevista radial, cuando se le preguntó por esas alertas del Ideam: “no sabía, apenas me entero de su señoría, tengo que verificar si la fuentes es verificas”. Después de que escuchó las declaraciones de Omar Franco dijo “voy a tomar el tema en la reunión de mando unificado, donde también va a estar la gente del Ideam”.
Por otro lado el director de Corpoamazonia, Luis Alexander Mejía, aseguró que él ya había prendido las alarmas desde hace nueve meses cuando realizó un taller con diferentes autoridades como el Servicio Geológico Colombiano donde “se advirtieron de varios asentamientos inadecuados en ciertas áreas… hace nueve meses los estudios revelaban que algo como esto podía pasar”, dijo en una entrevista con Semana donde además alegó que no se había actualizado el POT municipal.
En el mismo sentido, el ministro de Ambiente Luis Gilberto Murillo había pedido desde el 28 de junio del año pasado que las autoridades locales y departamentales se prepararan para un posible fenómeno de la niña, por ello pidió a los alcaldes y consejos municipales de gestión del riesgo que visitaran los puntos críticos para evaluar urgentemente las obras de mitigación. Además pidió establecer sistemas de alertas tempranas, campañas informativas y meterle el acelerador a los instrumentos de planificación.
Cuando le recordaron al alcalde Castro sobre esas recomendaciones y las advertencias que se habían hecho, respondió que “así hubiéramos colocado una muralla china, no se hubiera detenido la creciente”.
Muy parecido respondió la gobernadora de Putumayo, Sorrel Aroca, en una corta declaración que le entregó a Noticias Uno este domingo. Cuando le cuestionaron si la tragedia estaba anunciada, ella respondió enfáticamente “No, no, no nos lo imaginábamos, nadie se lo esperaba”.
Y es que no solo fueron las autoridades. En un artículo casi premonitorio, el medio local Notifronteras advirtió el 20 de octubre de 2014 que “historias como la de Armero, se podrían repetir en Mocoa, capital de Putumayo; pero esta vez no sería culpa de la naturaleza, sino de la falta de responsabilidad de las personas que ostentan la autoridad en el municipio y el departamento”.
En ese momento el medio de comunicación sostuvo que diferentes fuentes de la Alcaldía municipal le habían reconocido que en “la Quebrada La Taruca ubicada al noroccidente del casco urbano de Mocoa, y que colinda con la cuenca de la quebrada El Conejo, se ha presentado un deslizamiento de piedra, material vegetal, tierra y otros materiales, de más o menos unos 150 metros de ancho por 300 metros de alto”.
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