Renovar zonas urbanas deterioradas y olvidadas requiere cuantiosos recursos financieros y políticos. Ocho ciudades del mundo rejuvenecieron sus paisajes con ayuda de un tercero.
Zonas en crisis o suelos subutilizados los hay en todas las ciudades, principalmente en los países en desarrollo, cuyas ciudades albergan un número cada vez mayor de ciudadanos pobres y vulnerables. Ocho ciudades ubicadas en diferentes países asumieron el reto de revitalizar su casco urbano, según el Banco Mundial y el Servicio de Asesoramiento para Infraestructura Pública y Privada (PPIAF).
Las experiencias de Ahmedabad (India), Buenos Aires (Argentina), Johannesburgo (Sudáfrica), Santiago (Chile), Singapur (Asia), Seúl (República de Corea), Shanghái (China) y Washington (Estados Unidos), quedaron documentadas en el informe “La regeneración de la tierra urbana: una guía práctica para captación de inversión privada” publicado el pasado mes de julio durante la Cumbre Mundial de Ciudades desarrollado en Singapur.
En el informe se analiza la situación de cascos urbanos, antiguos sitios industriales o comerciales, puertos, costaneras y barrios históricos. / Foto tomada de www.pares.com.co
Para Ede Ijjasz-Vasquez, director superior del Departamento de Prácticas Mundiales de Desarrollo Social, Urbano y Rural, y Resiliencia del Banco Mundial, “la participación del sector privado es fundamental para determinar si un programa de regeneración surte efecto, es decir, si crea zonas urbanas donde los ciudadanos pueden vivir, trabajar y prosperar”.
Además de destacar los factores exitosos durante los programas de regeneración y los desafíos que debieron superar en el proceso, el informe identificó cuatro fases (determinación del alcance, planificación, financiamiento y ejecución) que deben ser tenidos en cuenta por los gobiernos locales para diseñar sistemas de rehabilitación en el que sectores público y privado cooperen.
Un ejemplo es Singapur y su río tutelar cuyas aguas contaminadas dejaron de usarse para actividades comerciales. Jordan Schwartz, director de Infraestructura y Desarrollo Urbano del Banco, aseguró que el gobierno puso en marcha un programa de transformación del Río Singapur que “permitió conservar el patrimonio cultural, mejorar el medio ambiente y abrir toda esa área al uso recreacional y peatonal. Con iniciativas similares en otros lugares es posible revitalizar las ciudades y las economías regionales”.
Pese a los casos exitosos, el documento advierte que no existe una solución que pueda aplicarse a todas las ciudades y en todas las situaciones, señala que con un firme liderazgo político, cualquier ciudad puede iniciar la regeneración urbana, y que el empleo con éxito de los instrumentos financieros y de ordenación territorial depende de la existencia de sistemas adecuados de zonificación e impuesto inmobiliario y de que dichos sistemas se apliquen debidamente.
En Latinoamérica, Santiago de Chile es una de las ciudades que logró revertir su situación. Entre 1950 y 1990 esta ciudad perdió casi el 50% de su población y el 33% de su parque de viviendas, pero después de este periodo utilizó un subsidio nacional a la vivienda orientado específicamente a repoblar el casco urbano. Impulsadas por un subsidio de USD 138 millones, las inversiones privadas alcanzaron los USD 3000 millones durante la vigencia del proyecto.