Viernes, 19 Abril 2024
La polémica surgió a raíz de un editorial que le apuesta a forzar el contacto con los pueblos indígenas aislados. Varias organizaciones de Brasil se han pronunciado en contra.
 
Varios expertos del Departamento de Asuntos Indígenas de Brasil (FUNAI) se pronunciaron duramente contra un editorial publicado en la Revista Science, en el que los antropólogos Kim Hill y Robert Walter justificaban insistir en descubrir comunidades indígenas que quieren permanecer anónimas y además intactas.
 
La FUNAI señaló que forzar dicho contacto es exponer a los pueblos indígenas a constantes amenazas y agregó que los efectos pueden ir desde “la violencia ejercida por los foráneos que les arrebatan sus tierras y recursos, y las enfermedades como la gripe y el sarampión frente a las que no tienen inmunidad”.
 
 
 
 
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En la Amazonia hay alrededor de un centenar de pueblos indígenas no contactados. Sabemos muy poco sobre ellos, pero muchos han expresado su claro deseo de permanecer aislados / Foto tomada de survival.es
 
 
 
Asimismo, rechazó lo que Hill y Walker denominan “contacto controlado” por considerarlo “una grave violencia contra el derecho de estos pueblos a determinar sus propios procesos de vida”.
 
Afirmaron los expertos indígenas de la FUNAI que “en ninguna intervención de contacto hay control absoluto, ni siquiera en aquellos casos donde los equipos disponen de todos los insumos necesarios para llevarlo a cabo de forma eficaz”.
 
Por su parte, Hill y Walker reconocen el devastador impacto que puede tener el primer contacto, pero afirman que el “contacto controlado” es “mejor opción que una política de no contacto” y debería iniciarse después de “concebir un plan bien organizado”.
 
Explican que existen alrededor de 50 poblados indígenas en América del Sur con limitado o ningún contacto con el exterior, que se las arreglan para sobrevivir a pesar de las epidemias, los desplazamientos y las interacciones hostiles con los extraños. Sin embargo, señalan que es complejo asegurar la supervivencia de estas tribus, últimos pueblos indígenas aislados conocidos, con tanta presión y amenazas externas.
 
Al respecto agregan los antrópologos en el editorial, que la política de los gobiernos de Perú y Brasil, especialmente y con el apoyo de la Organización de Naciones Unidas, es una estrategia de “dejarlos solos”. Aseguran que los datos de investigaciones etnohistóricas demuestran que hay un riesgo real de despoblación de estas comunidades por la intermitente y esporádica interacción con el mundo exterior.
 
Llaman la atención sobre la penetración de estas zonas selváticas, asiento de las comunidades indígenas aisladas, por parte de madereros, cazadores y mineros, a pesar de la supuesta protección del gobierno.
 
En el editorial también enfatizan que, a menos de que se incrementen drásticamente los esfuerzos de protección contra amenazas externas y encuentros accidentales, las posibilidades de que estas tribus sobrevivan son escasas, pues las epidemias por enfermedades, agravadas por la variabilidad demográfica y los efectos de la consanguinidad, hacen posible la desaparición de grupos indígenas pequeños y aislados en un futuro próximo.
 
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En junio de 2014 fueron captadas imágenes del contacto de un grupo de indígenas del Perú que atravesaron la frontera para ponerse en contacto con comunidades del Brasil. En su momento, se informó que huían de las presiones y una guerra interna con los madereros y de fuertes gripes y difteria. / Foto tomada de www.subdivx.com
 
 
 
Al rechazo del editorial de Science se sumó también Survival International, movimiento global que defiende desde 1979 los derechos de los pueblos indígenas para ayudar a defender sus vidas, proteger sus tierras y decidir su propio futuro. Para su director, Stephen Corry, “por toda América del Sur los primeros contactos casi siempre han conllevado muerte, enfermedad o la destrucción de la tribu afectada. ¿Por qué iba a ser diferente en el futuro? La respuesta corta es que no lo será. Seamos claros: el contacto forzoso es probable que sea una sentencia de muerte para los pueblos indígenas aislados. Estos se enfrentan a una catástrofe a menos que su tierra sea protegida y estamos haciendo todo lo que podemos para garantizar sus territorios”.
 
A la declaración de FUNAI se sumaron varias ONG brasileras, como CIMI, ISA y CTI. Entre las acciones puntuales se destaca la campaña que este año lidera Survival International, para salvar a los últimos kawahivas, un pueblo indígena no contactado del estado de Mato Grosso, que consiguió asegurar un territorio protegido para la tribu. Ahora los activistas esperan que la declaración de FUNAI mantenga la presión sobre el Gobierno interino de Brasil para que proteja de forma eficaz a los pueblos indígenas aislados. 
 
 
 

 
 
En una grabación para el proyecto de Survival Tribal Voice, Olimpio Guajajara, un hombre indígena de la Amazonia oriental de Brasil, rechazaba el contacto forzoso con estas palabras: “Nosotros estamos al tanto de que algunos antropólogos quieren establecer un ‘contacto controlado’ con los indígenas aislados (…) Nosotros no vamos a dejar que esto pase. Porque eso sería otro genocidio dentro de un pueblo (…), de un grupo indígena que no quiere contacto.”
 
 
 
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