El modelo financiero de conservación conocido como BanCO2, desarrollado en Colombia, se aplicará en la Amazonía peruana a partir de 2020.
Cortesía BanCO2
La iniciativa que surgió en 2013 como un experimento de pago por servicios ambientales en el oriente antioqueño, impulsada por Cornare, ha logrado establecerse con experiencias exitosas en todas las regiones de Colombia. Las Corporaciones Autónomas Regionales han sido sus principales promotoras.
Se trata de esquemas voluntarios en los que confluyen empresas, gobiernos y comunidades rurales, campesinas y étnicas en torno a la conservación de un ecosistema natural.
“Desde hace 3 años diferentes instituciones han sostenido jornadas de trabajo en Colombia y Perú para consolidar la estrategias en el país vecino, y este año, después de un estudio detallado de aplicación y adaptación, se lanzará esta implementación gracias al financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo a través del BID Lab, mediante el cual se movilizan recursos de financiamiento, conocimiento y conexiones para catalizar innovación para la inclusión en América Latina y el Caribe”, explicó Jaime Andrés García, Director de Masbosques operadora de BancO2 en Colombia y que acompañaré el proceso en Perú.
En todo este trabajo han estado vinculadas instituciones como la Universidad Católica, el Ministerio de Ambiente de Perú y Helvetas, así como el Centro Internacional de Agricultura tropical CIAT y el Icontec.
La experiencia peruana busca que los pequeños productores amazónicos del Perú contribuyan a la reducción de la deforestación de la selva amazónica. A cambio recibirán un ingreso económico adicional, que podrán invertir en educación, en salud, en mejoramiento de viviendas y en su propio sistema productivo.
