La tractomula, que no contaba con plan de contingencia, transportaba cerca de 11 mil galones de ácido nítrico, que no sólo representa un riesgo ambiental, sino también un gran riesgo a la salud.
Esta madrugada, se registró el accidente en el kilómetro 27, vía Honda-Guaduas, inmediaciones de la vereda Cucharal. Las autoridades evaluaron la situación para establecer con certeza que no haya ningún tipo de infiltraciones hacia los ríos y quebradas aledañas, por lo que llevaron muestras de agua al Centro de Investigación Ambiental – CIA para realizar las pruebas correspondientes. Una vez culminen los estudios técnicos, la CAR indicará las acciones adelantadas, e informará oportunamente sobre el nivel de alerta, frente al uso del recurso hídrico para que las comunidades aledañas puedan hacer uso de estas fuentes hídricas.
Foto: Cortesía CAR
La tractomula, que pertenece a la transportadora Transvlimar, no contaba con un plan de contingencia en el momento del accidente, así que contactó a Traecol, una empresa experta en técnicas de recuperación ambiental, quienes se han encargado de atender la emergencia.
El químico derramado en el accidente, representa no sólo un riesgo ambiental, sino también sanitario si llega a infiltrarse en las fuentes de agua que dotan al municipio de Guaduas, por lo que la emergencia se ha atendido de manera oportuna, con institucionnes como el Cuerpo de Bomberos de Guaduas, la Policía departamental y la Unidad de Gestión de Riesgos de Cundinamarca, quien ha solicitado apoyo del Cuerpo de Bomberos de Bogotá, por su especialidad en el manejo de materiales peligrosos.
El ácido nítrico, suele ser irritante y causar quemaduras en todos los tejidos con los que está en contacto. La extensión del daño, los signos y síntomas dependen de la concentración del ácido y del tiempo de exposición.
En el medio ambiente, este ácido tiene una amplia gama de efectos, incluyendo cambios en la composición de algunas especies de vegetación en ecosistemas acuáticos y terrestres, reducción de visibilidad, acidificación de cuerpos de agua dulce, eutrificación de aguas costeras y de estuarios e incrementos de toxinas peligrosas para peces y otros organismos acuáticos.
Foto: Cortesía CAR
