Usando un método ancestral y amigable con el medio ambiente, la Asociación de Mujeres corta el oro con especies silvestres como la ‘Escoba’ o ‘Babosa’.
La contaminación de los ríos es nula gracias al jugo de ambas plantas que reemplazan la función que cumplen el mercurio y el cianuro en la extracción de oro, pero sin sus efectos perjudiciales para el ambiente, la salud de los animales y seres humanos. El día inicia arañando las playas para extraer arena y piedras que luego son limpiamente procesadas.
“Nosotras trabajamos la minería de una manera ancestral y ecológica, no utilizamos ningún tipo de químicos (…). Aquí ‘cortamos’ el oro con plantas del medio como: la escoba o babosa como se le conoce”, explicó Zoraida Mina Libreros, representante de la Asociación Artesanal Ecológica Agrominera (Asoagromineras), ubicada al sur del Valle.
El oro es ‘cortado’ con plantas silvestre como la escoba o babosa que cumplen la misma función que el mercurio en la minería / Fotos Cortesía CVC.
Cuenta la líder que luego el material es lavado en las bateas, en donde queda finalmente la ‘jagua’ o arena que envuelve unas diminutas partículas de oro. Entonces, para separarlo, se usan las hojas de la planta las cuales meten en un recipiente con agua y maceran entre sus dedos hasta que se ponga viscosa o babosa -de ahí uno de los nombres-. Ya con esto se aparta el oro.
Durante la labor también se reciclan tarros pequeños de medicamentos o de rollos fotográficos, que son llamados jagüeros, porque en ellos se empaca la jagua resultante de la semana. También reutilizan, dice Mina Libreros, unos ‘tafetán’, “un trapito de tela de sombrilla en la que empacamos el oro, porque así es más fácil que llegue seco al sitio donde lo vendemos”, agrega.
En total son 24 mujeres cabeza de familia y siete hombres los que trabajan desde la asociación para empezar a cambiar la imagen negativa de la minería del oro de la que han sido víctimas, pues algunos finqueros o hacendados impedían dicha actividad. Una vez organizados se inició la campaña de socialización del método que resultó siendo apoyado por la autoridad ambiental regional.
Según Daira Perea Castro, coordinadora de Intervención Integral de la Corporación Autónoma Regional (CVC), a partir de un llamado de la Procuraduría General de la Nación en el que se le solicita a las corporaciones incluir el enfoque de género en sus programas y proyectos, “la CVC buscó potencializar el papel de aquellas mujeres que realizan acciones significativas con el medio ambiente en el Valle e identificó unas 100 organizaciones y a partir de ahí escogimos, por ejemplo, a la organización Asoagromineras y se desarrolló con ellas un proyecto de minería artesanal”.
Las mujeres recibieron capacitaciones en Cali y Buga, Valle, para trabajar y asociarse mejor. Igualmente “hemos recibido beneficios como cuatro canoas, 31 bateas y herramientas de trabajo”, contó Zoraida.
